A veces hace falta tener un punto de vista experto que ayude a las personas que no se dedican al sector náutico a tomar una decisión de compra o a agilizar ciertos trámites con los seguros. Las situaciones más comunes en las que se suele contratar los servicios de un perito o inspector naval son:
· En un proceso de pre-compra de una embarcación de ocasión.
o Para ayudarte a identificar problemas preexistentes o vicios ocultos.
o Una buena inspección te aportará mayor tranquilidad y seguridad de saber que el barco es tal como dice el vendedor.
o Te permitirá adaptar tu oferta de compra al estado real del barco.
· Si tu embarcación ha sufrido algún tipo de daño.
o Un peritaje profesional establecerá el alcance real de cualquier daño y te ayudará a supervisar que las reparaciones se realicen satisfactoriamente.
· En caso de accidente.
o Se puede contratar a un perito para justificar y argumentar las reparaciones necesarias ante tu aseguradora a través de su informe pericial.